Five Day Travel.Com Para celebrar el 400 aniversario de la muerte de Shakespeare, Gran Bretaña ha organizado un gran número de actividades que continuarán hasta enero del 2017. Los detalles están en visitbritain.com y shakespeares-england.co.uk/shakespeare-2016 así como shakespeare400.org. Los eventos comenzaron en abril del 2016 con una actividad en que el Príncipe Carlos declamó el “ser o no ser” de Hamlet.
Exploramos el legado de Shakespeare desde Escocia hasta Londres. Comenzamos la visita en Edinburgh, con un fabuloso “gin tea” (té con scones, deliciosos bocadillos y dulces y exóticas bebidas con ginebra), en el Hotel Sheraton Edinburgh. Escocia es el país en donde vivieron, según las Crónicas Holinshed, los Reyes Duff, Duncan y Macbeth, cuya historia inspiró la legendaria obra Macbeth de Shakespeare.
En Edinburgh visitamos el Palacio de Holyroodhous, residencia real oficial desde la época de Shakespeare, donde vivió la Reina María Estuardo, ejecutada por orden de la Reina Isabel I, mecenas del Bardo. Otra gran experiencia fue la excelente gastronomía escocesa del aclamado The Honours, de Martin Wishart, donde probamos ostiones en salsa de champán, salmón, cangrejo y Chateaubriand.
Hallamos otra huella de Shakespeare en la Abadía de Westminster, donde en 1741 se erigió una hermosa estatua de mármol blanco del bardo en la Esquina o Rincón de los Poetas. Ésta incluye una daga (símbolo de tragedia) y una máscara dramática. Allí preside Shakespeare un panteón de genios literarios tales como Chaucer, T. S. Elliot, Henry James, y Lord Byron.
En el fascinante National Portrait Gallery, cuyos cuadros y retratos representan a legendarios personajes de la historia británica, descubrimos el rastro de Shakespeare gracias al Retrato Chandos, óleo de John Taylor, de 1600 a 1610, en el Salón 4. Supuestamente este retrato es el óleo más fiel a la imagen del escritor y muestra una argolla de oro en el lóbulo de la oreja izquierda, como símbolo de moda entre los poetas de su época.
Celebramos el 400 aniversario de Shakespeare en el Hotel St. James Court, con 12 diferentes cócteles, los cuales incluyen el “Othello.” Luego probamos el “Menú de Shakespeare” en el Kona, restaurante del hotel. Otro día nos fortalecimos para tantas visitas en la gira Eating London del East End, prueba de la rica gastronomía multicultural de la capital inglesa.
Finalmente, visitamos la Torre de Londres, donde en 1536 fue ejecutada la segunda esposa de Enrique VIII, Ana Bolena, madre de Isabel I. Allí sufrieron prisión y muerte numerosos aristócratas durante la época de Shakespeare, víctimas de Enrique VIII e Isabel I. Cuenta con la fabulosa exposición de las joyas de la corona británica. Su historia tenebrosa nos ayudó a visualizar la sangrienta realidad del Londres en que vivió el más importante escritor de la lengua inglesa.
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INFORMACIÓN DE INTERÉS:
El entusiasmo de los ingleses por Shakespeare incluye una campaña y concurso en EEUU para celebrar el 400 aniversario de su muerte, la cual dura hasta finales de este año y en la cual pueden participar residentes de EEUU aquí.
Información Turística: Click aquí
Hoteles
Sheraton Edinburgh en Escocia
Hotel Savoy en Londres
Restaurantes
Edinburgh – The Honours
Londres
The Savoy Grill
EatingLondon Tours
St. James Court Hotel – Restaurante Kona
En Stratford-upon-Avon nació y vivió el genio inglés. A un kilómetro y medio de Stratford está la hermosa casa de tejado de paja de Anne Hathaway, residencia de la esposa de Shakespeare. Allí imaginamos al jovencísimo Will enamorando a Anne, ocho años mayor que él. En Shakespeare’s Birthplace, original del s. XVI, nació el escritor. Sus habitaciones con muebles de la época nos revelaron importantes aspectos de su vida. Guías en traje de la época nos contaron interesantes anécdotas y allí vimos el Primer Folio de Shakespeare. Su padre, exitoso fabricante de guantes, cuyo taller puede visitarse, llegó a ser Alcalde de Stratford-upon-Avon. William fue bautizado en 1564, uno entre ocho hijos de la pareja. Gracias a escritores como Charles Dickens, Thomas Carlyle y Sir Walter Scott, se rehabilitó esta importante residencia. Algunas de sus firmas se ven en los cristales de las ventanas y el registro incluye las de Lord Byron, John Keats y William Thackeray.
En el Teatro Swan de Stratford, junto al río Avon, tiene su sede la inigualable Royal Shakespeare Company. Allí también se exhibeThe Play’s The Thing, creada para esta celebración. Esta Navidad culmina la celebración de los 400 años con la presentación deThe Tempest.
Shakespeare fue bautizado en 1564 en la pintoresca Iglesia de Holy Trinity y en 1616 fue enterrado allí junto a Anne Hathaway. El busto con la cara de Shakespeare hecho por un artista durante su vida es probablemente la imagen más auténtica del escritor. Parte del epitafio en su tumba nos hizo reír: “Bendito sea el hombre que proteja estas piedras,/y maldito el que mueva mis huesos.”
En el espectacular Castillo de Windsor, símbolo de la perdurabilidad de los reyes de Inglaterra, celebran el 400 aniversario en la Biblioteca Real, hasta enero del 2017. La exposición incluye obras de Shakespeare coleccionadas por miembros de la familia real y arte creado por ellos, inspirados por las obras del Bardo.
Como Shakespeare en 1588, llegamos al fin a Londres, hospedándonos en el legendario y elegantísimo Hotel Savoy. Después de viajar como actor por ciudades de Inglaterra, el dramaturgo logra la fama y la protección de los reyes Isabel I y de Jaime I.
La innovadora puesta en escena de Macbeth, en el Teatro Globe nos recordó por qué las obras de este genio son tan relevantes para una audiencia moderna. El teatro es réplica del original, el cual desapareció en un incendio, fue reconstruido y luego fue demolido en 1644. Reconstruido tal como fue en 1599, y fundado por el actor y director Sam Wanamaker, el Globe es un recurso valiosísimo para explorar la obra de Shakespeare. Presenta sus obras y exposiciones en el Centro de Educación acerca de Shakespeare. Para ver una obra en el Globe recomendamos reservar en los asientos y pagar una libra por un cojín, a menos que desee ver la obra como lo hacían los contemporáneos de Shakespeare, de pie frente al escenario.
