Viajar por la Ruta 1, al lado del Pacífico, es una experiencia espectacular gracias a la belleza natural de la costa de California y parques como Point Lobos, la historia hispana de ciudades como Santa Bárbara y San Luis Obispo, el castillo de Hearst y el ambiente encantador de Carmel.
Para disfrutar en grande de este viaje, dedicamos casi una semana a realizarlo aunque se pudiera ir desde Los Angeles hasta San Francisco en menos de siete horas. Nuestra primera parada, por dos noches, fue en el Fess Parker de Hilton, un hotel ubicado idealmente frente a la playa de Santa Bárbara, pequeña ciudad a solo 90 millas de Los Angeles. Nuestra enorme habitación, con comodísimo baño con jacuzzi, se hallaba en el Edificio Bouganvilla. Desde la terraza disfrutamos de un hermoso jardín y a lo lejos, de una vista al mar. Muy cerca de State Street, zona de restaurantes y tiendas, el hotel tiene una amplia zona de estacionamiento y canchas de tenis.
En camino a Santa Bárbara almorzamos en Solvang, pintoresca villa danesa donde comimos los mejores “pancakes” de California y visitamos sus tiendecitas.
La pequeña y acogedora ciudad de Santa Bárbara, de 42 millas cuadradas y con menos de 90.000 habitantes, se encuentra entre las Montañas de Santa Ynez y el Océano Pacífico. Por su clima mediterráneo, se le considera la Riviera Americana y la visitan a menudo actores como Jennifer Aniston, John Travolta y Bo Derek, y personalidades como Ellen de Generes.
Santa Bárbara nos pareció muy española y mexicana, y sus calles con nombres en español celebran su herencia. El explorador portugués Joao Cabrillo llegó al canal de lo que hoy es Santa Barbara, en representación de España, en 1542 y en 1602 le dio su nombre el explorador Sebastián Vizcaíno. En 1769, llegaron Gaspar de Portolá, y al misionero franciscano Juan Crespi, pero fue en 1782 que fundan Felipe de Neve, misionarios y soldados españoles, el Presidio, fortaleza destinada a parar la expansión de Inglaterra y Rusia en California. La Misión Santa Bárbara, es considerada “la Reina de las Misiones” españolas. Nos encantó la iglesia franciscana, donde convertían a los indígenas Chumash al cristianismo. Cerca vivieron muchos de ellos, en el pueblo que le construyeron los españoles alrededor de la misión. Todavía recuerdan el terremoto de 1812, el cual destruyó la misión y el pueblo pero para 1820 ya la habían reconstruido y es lo que todavía pudimos ver durante nuestra visita. Antes de comenzarla, vimos una interesante película que explica la historia de Santa Bárbara, el papel de padres franciscanos como Junípero Serra y Fermín Lasuén, y los objetos históricos que en ella se encuentran.
Después de 300 años de presencia española, cuando México logra su independencia, toman posesión de Santa Bárbara; pero en 1846 cae ya en manos de los norteamericanos y se hace parte de EEUU en 1848 con el Tratado de Guadalupe.
El Muelle de Stearns Wharf, construido en 1872, la convierte en un centro comercial y turístico y la llegada del ferrocarril en 1887 la conecta a Los Angeles y en 1901, a San Francisco. Este muelle es muy divertido pues se puede comer en restaurantes de mariscos como el Santa Barbara Shellfish Company, disfrutar de vistas bellísimas del atardecer y visitar algunas tiendecitas. Allí ondean las banderas de las naciones que conquistaron en algún momento California, entre ellas la de Argentina, y una placa recuerda que el corsario Bouchard, en nombre de Argentina, atacó varias de sus ciudades y las dominó durante seis días en 1818.
En Santa Bárbara predominan el estilo de construcción de adobe llamado “Mission Revival” y el estilo “Spanish Colonial Revival.” Ambos dan gran encanto a la ciudad. Después del terremoto de 1925, florece la construcción en el estilo español colonial, popular en esa época. Visitamos el fabuloso edificio del Hall of Records y Tribunal del Condado de Santa Bárbara y nos quedamos prendados de su maravillosa arquitectura. Desde su torre, vimos una hermosa vista de la ciudad y luego disfrutamos de una gira de varias zonas adornadas con antiguos azulejos de estilo español. Solo por ver el mural del salón principal, que representa la antigua historia de Santa Barbara, vale la pena visitar este edificio.
El Hotel Four Seasons Biltmore Santa Barbara nos recordó a las haciendas del DF como San Angel Inn. En su terraza frente al mar, disfrutamos de una cena deliciosa en un clima ideal y con el exquisito servicio en español de Crispín. De estilo colonial, cuenta con 207 habitaciones y 12 cabañas rodeadas de frondosa vegetación.
Caminamos por Montecito, visitando boutiques que son preferidas de personalidades como Ellen de Generes. Este lugar lleno de restaurantes y tiendas es uno de los vecindarios más encantadores de Santa Bárbara.
Fiesta Santa Bárbara, en agosto, presenta grupos de flamenco y otros espectáculos en celebración de la herencia hispana de la ciudad.
Después de pasar dos noches en Santa Bárbara, nos marchamos en auto por la Carretera 1, con hermosas vistas del mar y de parques de California. y llegamos en poco tiempo al simpático San Luis Obispo Creek Lodge, una especie de “bed and breakfast” de estilo Tudor, el cual cuenta con una elegante decoración tradicional y hasta con óleos originales en las habitaciones. Todo es de calidad y cada habitación es diferente. Con buen aire acondicionado, refrigerador, DirectTV, batas de casa y café Starbucks, este hotel ofrece, incluido en el precio de la habitación, un desayuno estilo inglés hasta con “waffles ” frescos, pero no lo pudimos disfrutar porque paran de servir a la temprana hora de las 9:30 a.m. La dueña inglesa fue amable y nos ofreció “muffins” y yogurt para llevar en el camino.
San Luis Obispo (SLO) cuenta con una región de vinos y playas. En sus bodegas se producen Pinot Noirs y Chardonnays, Albariños, Rieslings y Pinot Gris. Zinfandel y Bordeaux también se encuentran en a región más montañosa.
Hay un Farmers Market cada jueves de 6 a 9 p.m.
Fundada en 1772 por el sacerdote franciscano Junípero Serra, es una de las ciudades originalmente poblada por los Chumash. Su historia incluyó el dominio por España, luego México y, al final, EEUU. También tuvo un importante Chinatown. Su Biblioteca Carnegie, construida en 1905, es de estilo románico y está en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Su Downtown está cerca de la Misión San Luis Obispo de Tolosa. Construida en 1792, la Misión cuenta con una iglesia que sigue activa.
Su teatro Fremont, con grandes murales en su interior, es de estilo Art Deco de los años 40. Su pequeño SLO Museum of Art ofrece exposiciones, principalmente de arte contemporáneo de California.
Después de pasar una noche y un día en SLO, viajamos a la bella región de San Simeón para disfrutar de uno de los mejores momentos de las vacaciones: la visita al castillo de la “La Cuesta Encantada”, diseñado por la arquitecta Julia Morgan para el famoso millonario William Randolph Hearst, en los 40.000 acres de rancho comprados por su padre en 1865. Este incomparable museo de la Casa Grande, con 165 habitaciones y salones, y 127 acres de jardines, terrazas, piscinas y caminos, se construyó para albergar la sensacional colección de Hearst. Nos hizo revivir el glamour y exagerados lujos de los años 20.
Después de ver un film en IMAX que introduce la gira, en 45 minutos realizamos la Gira de los Grandes Salones, que incluye el salón donde se reunían antes de la cena personalidades como Charlie Chaplin, Winston Churchill, Douglas Fairbanks, David Niven, y, desde luego, Hearst y su compañera Marion Davis. El lujoso comedor es revelador. Niven decía que en él se servía el vino con la lentitud con que gotea la goma. Hearst le servía Ketchup y mostaza a sus invitados y no permitía que tomaran más tres copas de vino. Todos tenían que estar activos y las películas los muestran nadando en la espectacular piscina interior y la enorme piscina exterior (de Neptuno), jugando tenis, participando en celebraciones con disfraces y divirtiéndose de lo lindo.
La piscina de Neptuno está siendo restaurada pero la interior, Piscina Romana (1927-34), es mi favorita, con sus bellísimos mosaicos de estilo romano (smalti o esmalte de color azul fusionado con oro), inspirados por el Mausoleo de Galla Placidia (s. 211-17 CE) en Ravenna, Italia. Alrededor hay estatuas de mármol que copian las clásicas de Grecia y Roma y la del famoso “The Scraper”, del 320 B.C.E., de Lysippos, El techo está decorado por mosaicos de azul oscuro con estrellas.
Nos quedamos en The Morgan San Simeon, nada elegante, con una vista muy bonita del mar pero sin aire acondicionado, en una habitación bastante incómoda y con un desayuno muy malo. En fin, casi ningún hotel de esa zona tiene aire acondicionado debido al clima fresco, pero en el verano esto puede ser un problema serio.
Big Sur, Point Lobos, Carmel, Monterey y el Corsario Argentino que conquistó California por seis días
En camino hacia Carmel pasamos por Big Sur, zona de “camping”, playas, restaurantes y galerías. Una de las vistas más bellas es la del Puente Bixby, sobre el mar, construido durante la Depresión por el Presidente Roosevelt. Su playa Pfeiffer es considerada una de las 10 mejores de California.
Visitamos Point Lobos, en la punta norte de la costa de Big Sur y muy cerca (al sur de Carmel). Es la joya de los parques californianos, gracias a sus vistas espectaculares del mar, rocas, caminos para senderismo y árboles majestuosos. Esta reserva es una maravilla para los amantes de la naturaleza. Ofrece la oportunidad de ver los leones de mar (Sea Lion Point), ballenas en la primavera, preciosos pájaros, el Camino del Bosque de Cipreses, flores salvajes, y el Camino de la Isla de las Aves. Las vistas de China Cove y Gibson Beach son especialmente bellas y en primavera allí se ven focas de la bahía.
Lo primero que hicimos al llegar a Carmel-by-the-Sea, pequeña ciudad muy europea que ha inspirado a artistas y actores como Clint Eastwood, fue visitar el histórico Restaurante de Mission Ranch, el cual fue restaurado por Eastwood cuando fue alcalde. No aceptan reservas y para sentarse a tomar una copa frente a la preciosa pradera donde pastan las ovejas, con la vista de las Montañas de Santa Lucía a lo lejos, hay que llegar muy temprano, casi a las 3:30 p.m. pues los espacios son muy escasos. Recomendamos cenar también en el restaurante, pues la comida es deliciosa y muy orgánica. El bar donde toca un pianista también es divertido y me dijeron que Eastwood lo visita a menudo. Cuenta también con un hotel y espacios para bodas y eventos especiales.
Carmel es uno de los destinos más atractivos de EEUU. Cuenta con una pintoresca playa, tiendas interesantes, restaurantes gourmet, y lugares históricos como la Misión de San Carlos de Borromeo. La Misión, que dirigió Fray Junípero Serra desde 1770 hasta su muerte, en 1784, fue restaurada en 1884. Sigue fungiendo como iglesia católica (basílica) actualmente y tiene una torre-campanario original. Es también museo que preserva la historia de la región, incluyendo la del Convento, que tiene la celda donde vivió Serra y una capilla donde se exhiben sus vestimentas.
Advierto que debido a su encanto y fama, los hoteles de Carmel en alta temporada cobran mucho más que en otras ciudades y muchos no tienen aire acondicionado. Nos quedamos en el Best Western Plus, muy cerca de las tiendas y restaurantes pero no tenía aire acondicionado, la habitación era muy pequeña y quedaba frente a un pasillo donde pasaban los invitados y el personal (muy ruidoso). El desayuno también era muy mediocre. En fin, por $250 la noche, resultó incómodo y demasiado caro para lo que ofrecía.
Cerca de Carmel visitamos Monterey, cuya península es lugar de encuentro de la tierra, el mar y el cielo. Allí visitamos el Parque Histórico del Presidio, donde se encuentra una abandonada piedra con una placa que conmemora el ataque de Bouchard a California. En su interesante Museo vimos una exhibición de objetos históricos que contaban la historia de Monterey y del papel que jugó el Corsario Hyppolite Bouchard, quien luchó a favor de Argentina. Aunque nacido en Francia, es considerado el primer argentino en circunnavegar el mundo. Durante su viaje a borde del buque “La Argentina”, bloqueó el puerto de Manila, en Filipinas.
Bajo su mando, uno de sus pequeños barcos, en 1818, el Santa Rosa, atacó Monterey, entonces colonia española, y anclaron cerca del Presidio. Al principio los españoles vencieron a los primeros atacantes argentinos. Al fin 200 de sus hombres atacaron el fuerte y en una hora lo conquistaron y colocaron en él la bandera argentina. Durante seis días, Argentina ocupó Monterey y las fuerzas de Bouchard robaron el ganado y quemaron la fortaleza, la residencia del gobernador y las mansiones españolas. A Bouchard le molestó especialmente que el Gobernador español, Pablo Vicente de Solá, hubiera sacado de la ciudad los objetos más valiosos, así como la pólvora . En el museo confirmamos el mal genio que se le atribuía a Bouchard, pues incluye su mensaje a los habitantes de Monterey.
En diciembre trató de conquistar Santa Bárbara, pero no lo logró. Saqueó la Misión de San Juan de Capistrano, en el Sur de California, y dio fuego a las casas de los españoles.
Gracias a las hazañas de Bouchard contra los españoles, California fue argentina por seis días.
Walt Disney, Salvador Dalí y J. M. W. Turner en San Francisco
San Francisco es famosa por el puente de Golden Gate, su ciudad en lomas, sus tranvías, sus extraordinarias vistas del mar, su historia como centro de la búsqueda del oro, su gran fuego, sus “casas pintadas” de estilo victoriano, sus sequoyas gigantes en Muir Woods, sus históricos barrios y tantas otras atracciones que la hacen, sin duda, uno de los destinos más importantes del mundo.
Nos quedamos en el Omni San Francisco, hotel elegante, tradicional y a la vez con todos los adelantos modernos. Desde allí exploramos varias atracciones turísticas, desde Union Square y Chinatown hasta el Embarcadero. En un dormitorio amplio y con una comodísima cama y un lujoso baño, pudimos recuperarnos de las caminatas y paseos de cada día. La primera noche cenamos en el restaurante del hotel, Bob’s Steakhouse, que no solo sirve una carne exquisita sino también deliciosas langostas y pescados frescos.
Durante nuestra estancia visitamos una de las más interesantes exposiciones que he visto en un museo: “La Pintura Liberada.” El Museo De Young trajo muchas de las mejores pinturas de J. M. W. Turner para ilustrar varios períodos de su prolija obra desde que cumplió 60 años hasta su muerte en 1851. Mis favoritas fueron las obras de Venecia y las pinturas marítimas. Turner vivió obsesionado con los efectos de la luz y algunas de sus pinturas parecen haber sido producidas por un pintor abstracto del s. XX. De hecho, muchos de los críticos victorianos de su época rechazaron su arte visionario, especialmente el del final de su vida. El museo está ubicado en el bellísimo Parque Golden Gate y en él se encuentran 27.000 obras, desde las de arte americano y europeos de todos los períodos hasta arte oriental y africano. Entre sus obras más notables están pinturas de Canaletto, Picasso, Dalí, Sisley, Sorolla, Brueghel el Viejo, Kokoschka, Modigliani, Tintoretto, Sir Joshua Reynolds, Fragonard y muchos más.
Al lado del Museo De Young está el Jardín Japonés (Japanese Tea Garden), donde tomamos el té con los bocadillos más deliciosos que he probado, y luego disfrutamos de la belleza y tranquilidad que sus armoniosos jardines ofrecen. Fue creado como resultado del “Pueblo Japonés” que se creó para la Exposición Internacional de 1894. Tiene un puerte en arco, pagodas, linternas y caminos de piedra, plantas japonesas y bellas lagunillas. En la primavera florecen los cerezos como en Japón.
Uno de los descubrimientos más fascinantes de este viaje fue el de la muestra de la colaboración que existió entre Walt Disney y Salvador Dalí. “Disney y Dalí: Arquitectos de la Imaginación” es una exposición en el Walt Disney Family Museum, ubicado en la zona del Presidio de San Francisco. Curada por Ted Nicolaou, ofrece una experiencia de la extraordinaria relación entre el brillante pintor surrealista español y el innovador Walt Disney.