A veces los argentinos son los peores críticos de sí mismos. Sin embargo, para los que no somos argentinos, Argentina y su pueblo siguen siendo fascinantes, diversos, en su mayoría sumamente cordiales.
Cinco días en Buenos Aires no son ni remotamente suficientes para apreciar plenamente la riqueza histórica, arquitectónica, cultural y gastronómica de esta gran ciudad pero sí ofrecen un aperitivo del banquete que es Buenos Aires como destino turístico.
PRIMER DÍA
Después del largo viaje de nueve horas desde Miami, uno de los lugares donde podría alojarse es en el fabuloso Hotel Four Seasons Buenos Aires, en el elegante barrio de La Recoleta. Su Mansión, de 88 años y estilo Belle Époque, es refugio de famosos como Mick Jagger y Madonna. El hotel principal es moderno y está exquisitamente decorado, con elegantes y comodísimas habitaciones y suites, y con cremas, jabones y champús de Occitane. Ofrece todos los detalles que caracterizan a un gran hotel. En su restaurante Elena sirven un desayuno buffet muy variado, que incluye frutas, churros, facturas (croissants) recién horneadas, huevos a su gusto, salmón ahumado, y otras delicias. Pero lo mejor es el servicio atento y muy cordial. Aunque estén abrumados, este personal nunca deja de ser amable con los clientes.
Luego puede darse una vuelta por el Patio Bullrich, centro comercial cercano al hotel, para cambiar sus dólares a pesos argentinos. Puede optar por almorzar en Valenti y probar sus típicos sándwiches de prosciutto capresse en baguette. Después puede darse un paseo por el cosmopolita barrio francés del Retiro y por Recoleta, disfrutando de la arquitectura de elegantes mansiones de finales del s. XIX y principios del s. XX, cuando Argentina era una de las 10 naciones más ricas del mundo. Son extraordinarias la del Vaticano (Palacio Fernández Anchorena, 1907), Palacio Duhau Park Hyatt (1932), Palacio Ortiz Basualdo (1912) (Embajada Francesa, de arquitectura Beaux Arts) y el Hotel Alvear Palace, estilo Belle Époque. Es una buena idea adquirir las bufandas y chalinas de María Mateos, favoritas de Karl Lagerfeld y Brigitte Macron. En Avenida Kennedy se encuentra el neoclásico Palacio Bosch (1910), residencia del embajador de EEUU desde 1929.
En la Iglesia del Pilar de Padres Recoletos (1732) verá el retablo de estilo barroco del altar mayor, pieza con ornamentación inca del Alto Perú. Puede optar por una visita guiada en el enorme Cementerio de la Recoleta (1822). Cuenta con 4,872 mausoleos, 6,400 estatuas, sarcófagos, criptas y ataúdes. Entre las más hermosas esculturas está la de Liliana Crociati con su perro y la de Rufina Cambaceres, de estilo art nouveau, de la pobre muchacha que fue enterrada viva. Verá tumbas de personalidades tales como la del Premio Nóbel Federico Leloir y la de Evita.
Puede tomarse un té o café y sándwiches de migas en el Café La Biela (1850), donde están figuras que representan a Borges y Bioy Casares. También lo visitaba Juan Manuel Fangio.
También puede disfrutar de un concierto inolvidable de la Filarmónica de Buenos Aires, o de una ópera o ballet, en el Teatro Colón (1908), el cual ofrece visitas guiadas de su Foyer, Galería de Bustos, Salón Dorado y Sala Principal. Por su acústica es considerado uno de los cinco mejores teatros del mundo. Abrió sus puertas con la ópera Aida y ha sido sede de actuaciones y conciertos de grandes artistas como Caruso, Barishnikov, Pavarotti y María Callas.
En el Four Seasons tiene la opción de cenar en Elena, uno de los mejores 50 restaurantes del mundo. Allí puede probar la Burrata Salmorejo, las mollejas, la Trucha Patagonia con mil hojas de papa, el helado de dulce de leche ahumado y el chocolate con whiskey.
SEGUNDO DÍA
Una buena idea para visitar 33 atracciones turísticas es montarse en el autobús de hop-on hop-off. El mismo hace recorridos por barrios como La Boca, San Telmo, Puerto Madero, y otros. Por solo $20 por persona, le llevará a la Casa Rosada, la Plaza de los dos Congresos, el Monumento de los Españoles, la Catedral Metropolitana, La Bombonera, y otros lugares de interés. Puede bajar y luego subirse al bus en todas las atracciones.
Una opción para la cena este segundo día es la Cabaña Las Lilas, con vista al Río La Plata y los edificios de Puerto Madero. Las carnes son de extraordinaria calidad ya que el restaurante cuenta con su propia cría de ganado. El Chef Juan Ignacio Caverzaschi prepara excelentes platos de parrilla tales como el chorizo o mollejas cocinadas con vino Spumante. Recomendamos probar el carpaccio de hongos Portobello con una fabulosa salsa de trufas, aceite de oliva, ajo y romero o el enorme Chuletón Llameado frente a la mesa o el lomo con papas soufflé. Para terminar, el Cake de Lava de dulce de leche con helado de banana es una buena alternativa.
TERCER DÍA
La gira de la Estancia Santa Susana, la cual puede comprar con la agencia Furlong-Fox de Patricia Bignone, incluye visita a la pequeña mansión-museo colonial fundada en el s. XIX por un argentino de origen irlandés, fiesta gauchesca con tango y milonga, malambo de boleadoras, asado con empanadas, chorizo, carnes, y flan con dulce de leche, carreras de sortijas, paseos a caballo y en “sulkys” (carretas de un caballo).
De noche puede asistir a uno de los 300 teatros que presentan desde producciones millonarias como Cabaret hasta obras como la popularísima Moldavsky El Candidato 2019, del talentoso comediante argentino Roberto Moldavsky. Para cerrar la noche después del teatro puede optar por una deliciosa pizza argentina.
CUARTO DÍA
El domingo es una buena idea darse una vuelta por la Feria del emblemático barrio de San Telmo. En Plaza Dorrego podrá comprar objetos antiguos y de plata a precios moderados. Los Pebetes (sándwiches de jamón y queso en un pan delicioso) en el Bar El Dorrego son una alternativa. Allí también puede disfrutar del espectáculos callejeros de tango, músicos y estatuas vivientes.
En las diversas tiendecitas de la calle Defensa encontrará valiosas antigüedades, dulces, artesanías, bolsos de cuero y alimentos. La colección de arte latinoamericano (1900-1970) del MALBA, creada por el billonario Eduardo Constantini es digna de verse. Fundada en el 2001, incluye 500 piezas de artistas tales como Frida Kahlo, Jeff Koons, Diego Rivera, Joaquín Torres-García, Rufino Tamayo, y Wifredo Lam.
En La Boca, la Fundación PROA exhibe arte contemporáneo. Este histórico barrio de inmigrantes italianos es muy fotogénico por sus casas de brillantes colores pintadas con sobrantes de pintura de los barcos. Allí, en 1882, los genoveses trataron de independizarse de Argentina. Encontrará el legendario Caminito y clubes de tango así como el estadio de La Bombonera, sede del Boca Juniors.
Para cenar El Mirasol de la Recova, cerca del hotel Four Seasons, es muy conveniente. Ofrecen un buen vino Malbec, empanadas, asado de lomo o milanesa con papas a la española, y un fabuloso panqueque de dulce de leche y caramelo. Otra opción es La Stampa, de deliciosas pastas, también cerca del hotel.
QUINTO DÍA
El insólito Ateneo Gran Splendid, la más bella librería del mundo según National Geographic, está ubicado en el edificio del Teatro Gran Splendid (1919). Esta singular librería cuenta con frescos pintados por Nazareno Orlandi, y cariátides de Troiano Troiani. Fue renovado y convertido en librería en el 2000.
Uno de los lugares que no debería dejar de visitar es el Museo Nacional de Bellas Artes (1896), que cuenta con 12,000 obras de arte prehispánico y colonial, obras modernas grandes pintores argentinos, uruguayos, y latinoamericanos y obras maestras de El Greco, Rembrandt, Goya, Sorolla, Van Gogh, Pollock, y Kandinsky.
Es un placer recorrer Palermo SoHo, barrio de Palermo Viejo, y caminar por calles como Jorge Luis Borges, Gurruchaga o Malabia, visitando boutiques, y cafés. Plaza Serrano tiene mucho ambiente nocturno por sus bares y Plaza Armenia tiene un enfoque artesanal.
Ese último día puede despedirse de Buenos Aires en Palermo Hollywood, el cual tiene este nombre porque productores de TV y radio abrieron sus estudios y oficinas allí en los 1990. El barrio cuenta con una gran oferta de comida internacional y de la vida nocturna de sus numerosos bares y clubes.
Buenos Aires es un excepcional destino turístico, una ciudad que no duerme, donde la vida puede ser caótica y abrumadora pero también fascinante y hermosa, tanto para los porteños como para los turistas. No escuche a los que se quejan de su ciudad y visítela todas las veces que pueda. No le defraudará.